¿Y tú qué eres de La Banda o El Lugar? | Cosas que nos diferencian en Chiclana

Ya nos lo dejaron dicho el otro día en un comentario en una entrada anterior a este blog… Que la susodicha frase “¿Y tú qué eres de La Banda o El Lugar?” es más típica en Chiclana que el levante en la Feria de San Antonio. Sin embargo, ¿cómo explicamos a las y los foráneos qué significado tiene esta frase? ¿Son La Banda y El Lugar las dos grandes zonas en las que se divide el municipio o representan también partes diferentes de nuestra identidad y nuestra filosofía de vida? ¡Hoy vamos a intentar descubrirlo!

1. Pregunta fija en Chiclana. No tendrás escapatoria

En primer lugar, para quien esté un poco despistadill@, que te pregunten esto en Chiclana es más o menos igual a que te pregunten “¿y tú de quién eres?” haciendo referencia a cuál es tu familia de origen: quién es tu padre, quién es tu madre, quién es tu abuela y, si puede ser también, si has tenido hij@s y cómo han desarrollado sus existencia…

A la gente de Chiclana le interesará absolutamente todo de tu vida. Si piensas que hay algún detalle que es demasiado íntimo o escabroso como para contarlo, ¡no te cortes!, ¡aquí será bienvenido!

De este modo, “¿Y tú eres de la banda o el lugar”, antropológicamente hablando, es la frase que iniciará la indagación sobre tu persona a modo de Google Maps. Te ubicará en un espacio-tiempo determinado en Chiclana y, desde ahí, el radar y las geo-coordenadas se irán acercando hacia tu barrio, tu casa familiar y tus ancestros.

Chiclana tiene innumerables barriadas pero responder a si eres de la banda o el lugar nos quita el 50% de caritas del “Quién es quién”. ¡Es pura estrategia para saber de ti o creer que saben!

2. Una historia de antiguos rencores…

la banda y el lugar

Podemos contarte simple y llanamente, que el casco urbano de Chiclana -que aunque poca gente lo sabe es Bien de Interés Cultural– está dividido por dos partes claramente diferenciadas ya que las separa nuestro misterioso río Iro. Esas dos partes son La Banda y el Lugar. La Banda es una zona más periférica y reciente y la zona donde mucha gente de otros sitos como Medina o alrededores decidió empezar una nueva vida. El Lugar representa a la Chiclana más histórica donde descansan los edificios religiosas de mayor interés y las antiguas casa nobiliares. Fue la zona donde vivía la nobleza y la alta burguesía comercial gaditana durante el siglo XVIII. Como dirían en Chiclana, las y los señoritos…

De hecho, ahí tenía su casa y organizaba sus famosas tertulias románticas la escritora Francisca Larrea, madre de la famosísima escritora también Cecilia Böhl de Faber, conocida por su pseudónimo masculino, Fernán Caballero. Su casa es esa enorme (amarilla y blanca) que se encuentra justo en la rotonda de El Retortillo.

 La Banda y El Lugar no eran meras zonas diferenciadas del municipio sino que, además, existía una enorme rivalidad (antaño) entre ellas. De hecho, ¿quién no ha escuchado esas historias de la boca de su madres y padres en las que relataban que su principal entretenimiento en la infancia era tirar piedras a las y los niños que se encontraban en la otra parte de río?

Con la separación bien marcada, las y los zagales chiclaneros entendieron bien las diferencias existentes entre una zona y otra y -debido a odios y conflictos heredados- desataban su ira con las manos cargadas de piedras. En otras palabras, en vez de quedar a tomar pipas o ver la tele, se divertían así… Finura chiclanera…

¿Qué pasó con este enfrentamiento? Pues que alguien dijo que el Castillo de Sancti Petri era de otro y descubrimos que no hay nada que una tanto como odiar a la misma persona… ¡¡¡¡¡San Fer-nan-do!!!!!!!!! Así La Banda y el Lugar se unió para combatir al recién estrenado “enemigo”.

3. ¡Que vivan los manchones!

Sin embargo, aunque sutiles y cada vez menos acentuadas y generalizando mucho, existe mucha diferencia entre la idisosincrasia de la gente de La Banda y la del Lugar. Por ejemplo, la gente de La Banda tiene un mayor contacto con el campo y “los manchones”. El manchón era ese terreno que tenías al lado de tu casa donde te ibas a jugar: con arena y con la tranquilidad que tenían tus familiares de que estaban al ladito de tu casa para poder echarte un vistazo. Poco a poco, estos terrenos se fueron llenaron de tubos de hormigón enormes en los que nos metíamos para que nuestr@s amiguis nos dieran vueltas y para dejarnos alguna vez la rodilla atascada en nuestro intento de salir de ellos. Ése fue el comienzo del declive de los manchones ya que casi todos se llenaron de edificios y fueron sustituidos por otros espacios para jugar menos libres. En El Lugar tenían sus paseitos por las calles y jugar en las mismas cuando llegara la fresquita. Además sabían qué era eso de que sonaran las campanas de la Iglesia en la calle. También tenían sus parquecitos urbanos. En La Banda se ha sabido hasta hace nada cómo es vivir sobre el albero.

4. Yo soy surfero

La gente del lugar conoció antes que nadie marcas como Rip Curl o El Niño. Llevaban camisetas modernas y gorras e imitaban el american way of life a su manera. Ya hablaban de surfear y tenían patines con ruedas. En La Banda eran más de bicis.

5. En el recreo se marcaba la diferencia

Tal es así que la gente de La Banda siempre llevaba su bocata con su  buen embutido. La gente de El Lugar fue la que comenzó a introducir a Bollylandia en el recreo. A lo sumo, nos pegó la costumbre del zumito cuando la gente de La Banda iba notando los beneficios del estado de bienestar en sus rutinas.

6. El señorío estaba en El Lugar

Aunque no tuviéramos donde caernos muert@s, teníamos estilo y aparentábamos ser de clase alta. ¡Así era en El Lugar! ¡Qué le íbamos a hacer! Eran años y años de influencia aristocrática corriendo por nuestras venas… En La Banda, a lo sumo, a veces soñábamos con poder ligarnos a alguien del Lugar: para que se nos pegara el estilo…

7. El centro es la Calle la Vega y punto

Así era para la gente de La Banda. Mientra que la aristocracia de El Lugar podía distinguir entre La Soledad, El Mercaíto Lora, Santa Ana… En La Banda el centro era sinónimo de Calle la Vega. A veces nos sacaban pro ahí para enseñarnos las grandezas del reino…

8. Urbanizaciones a toperrrrrr

En El Lugar sí que se lo montaban con las urbanizaciones: El campito, La Soledad… En La Banda no se supo qué era glamour hasta que la zona de La Huerta del Rosario no empezó a hacer acto de presencia con sus casitas blancas. Conseguir una de esas casas era lo máximo que podía pasarte.

9. En el lugar, a veces se hablaba fisno…

Y es que las y los profes del insti teían allí su lugar de aterrizaje pensando que la efervescente vida del centro histórico les envolvería con su mieles… En la Banda se habla de zeta pa abajo y la primera vez que escuchamos a alguien sesear fue justo a esas y esos profes que venían con sus cochecitos a dar clases al Carmen Sedofeito, o al Huerta del Rosario, o al José de la Vega, o al Giner de los Ríos… Se nos ha notado mucho el plumero ¿no? Y es que nosotr@s éramos de La Banda.

¿Y tú? ¿Eres de La Banda o El Lugar?

**Esta entrada está hecha desde el cariño. Por supuesto que muchas de estas cosillas son topizados y generalizaciones. No queremos herir sensibilidades. Amamos San Fernando. Si quieres contarnos tus historias de Chiclana, mándanos contenido a mar@costasur.com

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